miércoles, 11 de febrero de 2009

Capitulo 4

Por Giovanna

LA “FIESTA DEL AMO”

A la mañana siguiente, Pedro salió con su grupo de trabajo para continuar con la investigación de las pencas, y mientras llegaban al lugar, los empleados solo platicaban sobre la gran fiesta que se avecinaba.

Se trata del festejo del Pueblo, una celebración donde las familias de escasos recursos preparan sus “Pomitos” y platillos típicos, se reúnen en la Plaza Central del pueblo y agradecen a sus amos la atención que tienen con ellos por darles trabajo, un hogar donde vivir y atención médica. Mientras Pedro, trata de no perder detalle sobre lo que platica Braulio con el resto de sus compañeros.

Después de un rato de trabajar e investigar las pencas de maguey, llegó la hora de la comida, y Pedro junto con su equipo de trabajo, regresan a casa de Miguel para tomar alimento y descansar.

Pedro al llegar al comedor, se acerca al fregadero para lavarse las manos, al mismo tiempo que entra por la puerta la mujer que le ha quitado el sueño en noches anteriores, Aurora se veía hermosa, traía recogido el cabello con una peineta de madera que hacía lucir más sus enormes ojos verdes y portaba el mismo vestido que dejaba ver sus delicados senos.

Pedro sintió como comenzaba a alborotarse su corazón y pidió a Aurora que le sirviera de comer. No la perdía de vista por ningún motivo y aprovechaba toda ocasión para ver su pronunciado escote cada vez que se agachaba. Aurora ya se había dado cuenta de que Pedro no le quitaba la mirada de encima por lo que de vez en cuando le dirigía una mirada coqueta como respuesta.

---Cuéntame sobre la fiesta del Pueblo, ¿qué festejan?, ¿dónde se reúnen?--- preguntó Pedro---, utilizando esa escusa para que se acercara Aurora. ---Se trata de una celebración de agradecimiento Señor--- respondió Aurora tímidamente. ---Ven, acércate, quiero saberlo todo---, y Aurora se acercó a Pedro para contarle toda la historia sobre la fiesta del pueblo, mejor conocida como la “Fiesta del Amo”.

Después de platicar y coquetear con Aurora, a Pedro le nació la idea de preparar un poco de tequila con las enigmáticas pencas, ya que si las usaban para preparar los famosos “Pomitos”, no habría ningún problema en usarlas para destilar un poco de oro azul.

Y con esa idea en mente, se despidió de Aurora y se dirigió a su habitación para descansar y pensar en el proceso para destilar el tequila.

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Conforme pasaban los días y después de varios recorridos por la Laguna Encantada, Pedro iba descubriendo las propiedades de las pencas, aunque no era nada fácil explicarse algunos efectos que causaban en la gente.

Cada vez se volvía más interesante la investigación sobre los agaves, por lo que era más común ver a Pedro detrás de sus herramientas de trabajo, documentando todo avance y novedad sobre aquellas misteriosas plantas de Chinkultic.

Pedro continuaba con los avances de su investigación, al mismo tiempo que preparaba todo lo necesario para la destilación del tequila que llevaría a la “Fiesta del Amo”, pues contaba con escasos días para que diera comienzo la gran celebración.

Y mientras Pedro trabajaba, Aurora le servía de comer y platicaba con él, por lo que al cabo de algunos días los dos se habían hecho muy buenos amigos, cosa que a Miguel, su amigo, le caía de extraño, pues Pedro siempre se había distinguido por ser un hombre elitista y poco sociable.

Una noche en la que Pedro se encontraba trabajando en su habitación, mandó llamar a Aurora para que le subiera la merienda, ese día vestía una falda larga de color negro y una blusa naranja un tanto entallada que acentuaba su enorme busto.

Pedro al verla se puso nervioso, su imaginación comenzó a volar y su vista se perdió en un punto indefinido. ---Señor, ¿le sucede algo?--- Preguntó Aurora. ---No, nada, estoy muy cansado. He trabajado demasiado--- Respondió Pedro como escusa a la pregunta que le hizo Aurora, ya que no podía decirle lo que en realidad estaba pasando por su cabeza.

Aurora le dejó un plato con fruta y miel, unos panes de centeno y un licuado de melón sobre la cama, y se despidió de su amo; ---Hasta luego mi Señor, que descanse. Si necesita algo, toque la campana y enseguida estaré con usted--- a lo que Pedro respondió mientras le dirigía una mirada muy sugestiva; ---No dudes que lo haré---.

Minutos más tarde Pedro se puso su ropa para dormir, se acostó y comenzó a soñar con Aurora.


2 comentarios:

BARBARA GALINDO dijo...

GIOVANNA: TE FELICITO POR TU NOVELA ESTA INTERESANTE, PERO NO TARDES TANTO EN SACAR EL PROXIMO CAPITULO YA QUE PIERDO EL HILO Y TENGO QUE LEER TODO OTRA VEZ!! JAJA
BARBARA

Anónimo dijo...

Escribe maaaas,porfa, hacen falta mas historias de heroes mexicanos!